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1 - 18 Marzo
Sala Bayeu
Zaragoza
22 Cuadros |
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Autor: Ángel
Azpeitia
Publicada
en.- HERALDO DE ARAGÓN
el día 8 de marzo de 1975
Hace tres años que Manuel Monterde
presentó su primera exposición.
Para entonces acumulaba ya una considerable
experiencia en colectivas y concursos, siempre
sobre la base de un domino académico
en el más sólido y profesional
sentido de la palabra. Y Monterde continúa
firme en su trabajo. Considero ésta
una de sus notas distintivas: la gran capacidad
de hacer, lejos de románticas intermitencias.
Así que su progreso resulta tan natural
como el fluir de las cosas. A partir de un
valioso dibujo, Monterde ha buscado el color.
Desde las tierras o desde el mundo sobrio y
neutro, ensayará nuevos registros para
su paisaje. La armonía de conjunto está hoy
en los verdes y azules, donde hace encajar
los ocres. Se salen, en cambio, tres aisladas
notas de rojos en los números 5,8 y
14. Existen también matizados aspectos
más grises, como el de “Poitiers”.
La línea se refuerza con los esgrafiados, ya visibles en “Esterri
de Cardos”, más antiguo y oscuro. Véase su utilización
frecuentísima, que llega hasta los troncos, tan ágiles. Pero la
mancha gana terreno con notas del tipo ”Paisaje azul”. Veo muy pictórico
el “Pirineo”, definidor de sus gamas presentes, con grandes valores
decorativos. En los apuntes, en las “síntesis”, da cuenta
Monterde de investigaciones prometedoras sobre forma fluida, que algo recuerda
la de un Turner.
En el aspecto negativo del montaje se anota el excesivo número de cuadros.
Monterde debió reducirlo y abordar una más profunda problemática.
Puede. Se echan de menos composiciones con figuras, que le son tan propias. En
el haber suma a sus referidos aciertos, acrecentados por la mayor libertad con
que ahora pinta, el de un catálogo excelente, que reproduce toda la obra
expuesta. Tras la certera presentación de nuestro compañero José María
Doñate, incluye una breve antología crítica. Es un ejemplo
a imitar |
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Autor: Miguel Ángel
Albareda Agüeras
Publicada en.- ONDAS DE ARTE Radio Zaragoza E.A.J. 101 día
10 de marzo de 1975
Manuel Monterde tiene un puesto
de categoría entre los pintores
zaragozanos, porque se ha propuesto
que asi sea. El es hombre de fuerza
de voluntad para todo aquello que
acomete; hace ya bastantes años
que quiso ser artista por encima
de todo; y lo ha conseguido plenamente
y con facetas muy variadas. El
es un estupendo decorador. Modela
con estilo propio y se siente la
escultura y los volúmenes
en general en general con una traza
moderna verdaderamente subyugante.
Nuestro artista disfruta con la
música y en su estudio hay
constantemente una melodía
en el aire que naturalmente transciende
hasta sus cuadros.
Monterde está ahora en la Sala Bayeu con 22 excelentes lienzos de paisajes
variados de nuestra geografía y una tela de Poitiers. Conjunto importante;
obra de buen tamaño y estilo definido. Monterde ha virado decididamente
hacia otros rumbos. Su personalidad prevalece y su impronta esta patente, pero
ha cambiado su signo porque Monterde como todo artista con vocación ha
comprendido que el inmovilismo acaba por no conducir a ninguna parte. Y sin ser
drástico es distinto de lo que hacía hace tres años.
Estiliza con talento. Esto es importante para no causar fatiga en quien contempla
la obra. Nada de meticuloso miniaturismo; mucho de pincelada rápida y
fugaz de tipo verdaderamente temperamental. Es sobrio en el trazo y mas colorista
que antes; por lo menos creo que ha enriquecido su paleta de manera muy discreta
pero con gran equilibrio. El color está mas patente y siempre armonizado
en su conjunto; lo que decimos los pintores, entonado. Y esto de entonar un cuadro
es algo que no se enseña en ninguna parte; podemos enseñar a dibujar;
podemos enseñar a copiar un bodegón, en incluso un paisaje del
natural, pero cuando se trata de crear como lo hace Monterde, se entona por instinto,
por que el sentido y la justa medida de la armonía en el color es algo
innato en su persona.
Y hay algo que tampoco puede enseñarlo ningún profesor y que Monterde
hace maravillosamente y es el componer; el saber equilibrar las masas y las tonalidades
en un paisaje. Porque Monterde dibuja como muy pocos artistas y esto constituye
la base mantenedora de su edificio armónico y colorista.
Lástima que el tiempo es muy escaso, pero la obra de este joven profesor
y gran pintor es algo que puede recomendarse a cualquiera que sea amante del
arte, y ante todo me gustaría poder comentarla mucho mas ampliamente.
Para mí los cuadros son todos magníficos, aunque siempre hay seis
u ocho cosas que cautivan con mas fuerza, por ejemplo, Castliscar, Rincón
dorado, el estupendo titulado Montes rojos. Los arbolados de Paisaje azul e Invierno,
la sugerente visión del Pirineo, los dos formidables titulados Síntesis
y los llamados Troncos. Para mi criterio un gran éxito de Manuel Monterde. |
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