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16 - 31 Marzo
Sala Bayeu
Zaragoza
19 Cuadros |
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Autor: Miguel Ángel
Albareda Agüeras
Conozco varias facetas de Manuel
Monterde que nos pueden ayudar
a descubrir su personalidad artística.
Todas son interesantes, ya que
se trata de un hombre en plena
madurez profesional.
Su pintura tiene el trazo firme de un dibujante excepcional. Precisamente ahí radica
el principal encanto de la obra de Monterde; en esa solidez de línea y
volúmenes, que está bien patente en los lienzos de nuestro artistas.
Lo que sale de sus manos posee inevitablemente el don de la monumentalidad, sobre
todo en sus dibujos inteligentemente estilizados. El puede jugar con las formas
del natural humano, porque conoce sus secretos y posibilidades. Porque consideró siendo
aun muchacho, que la anatomía era la trabazón imprescindible para
después crear ritmos y siluetas; para poder comunicar a sus desnudos la
fuerza expresiva deseada.
Monterde es también escultor. Quizá en sus comienzos lo fue principalmente
y con verdadera entrega . Esto naturalmente tenía que reflejarse en su
pintura.
Y así podemos ver en los óleos que ahora presenta, esa gran preocupación
por los relieves. Esa subdivisión casi arquitectónica y plena de
energía a que somete casas, rocas o árboles. El dibujo está patente,
y el color sólidamente adherido al soporte por el ágil toque de
su pincel, se nos presenta alegremente cuadriculado, como bella sinfonía
cromática.
Monterde en un hombre inquieto que está en constante mutación.
Gusta de experimentar con materiales y con técnicas. Ahora lo vemos bajo
el prisma de pintor esquemático, austero en su color y rico de materia.
En su próxima muestra de arte quizá se nos presente con opulencias
cromáticas, o más cercano a la abstracción. Es lo mismo.
De cualquier manera nos dará siempre obra magistral por esa mano privilegiada
que Dios le ha concedido, y su incesante laborar, producto de su firme vocación. |
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